A diferencia del colesterol, los triglicéridos sí son grasas (ácidos grasos), por lo que su función es básicamente la de almacenar energía y son los responsables de los “rollitos” o acúmulos de grasa que tenemos en el cuerpo. Cuando se elevan en sangre el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebro vascular aumenta de manera muy importante, además también es muy frecuente la presencia de hígado graso.
Pero algo que tal vez no sabías es que los triglicéridos no se elevan por el exceso de consumo de grasas, sino por el exceso de hidratos de carbono o carbohidratos en la dieta. Cuando comemos en exceso: dulces, gaseosas, pastas, panes, frutas, arroz, fideos, cereales, etc., el hígado toma los excedentes de esa azúcar y los transforma en triglicéridos (ácidos grasos), para que puedan ser almacenados en el tejido adiposo, sirviendo así como reserva energética.
El tratamiento habitual es usar medicamentos, pero si no se modifica el problema de fondo, que es la alimentación equivocada y el sedentarismo, el problema solo se reducirá momentáneamente y el riesgo de enfermedades cardiovasculares no cambiará mucho.