Aún recuerdo cuando hacía mis pininos en consulta nutricional, hace casi 20 años, durante el quinto año de universidad y mi primer paciente, una joven de unos 17 años, más o menos delgada, hacía yoga, meditación y además era vegetariana! Para mí era todo un reto, pues en casa comíamos carne cada vez que podíamos, mi madre como buena argentina nos daba una dieta básicamente carnívora y en la universidad poco o nada había visto del tema de vegetarianismo. Con mi primer paciente experimenté que comer mucha fruta y mejor aún de noche “no le puede hacer daño a nadie y además te puede ayudar a bajar de peso”.
De eso hace ya mucho tiempo y sin duda he aprendido, desaprendido y vuelto a aprender muchas cosas, es cierto que no hay nada nuevo bajo el sol y finalmente he comprendido que lo que funciona para algunas personas no necesariamente funcionará para otros, que el ser humano no es una computadora y que la “simplista” idea de centrarnos demasiado en calcular calorías que ganas y pierdes, en las personas con sobrepeso-obesidad, es normalmente el camino directo a la frustración y el fracaso.
ENTONCES, QUÉ ES LO QUE FUNCIONA?
Existen muchas recomendaciones que podría darte, pero la que es casi infalible es que si tu paciente ha fracasado haciendo las clásicas dietas de “come de todo un poco” y “balanceado” (60% hidratos de carbono, 25% grasas y 15% proteínas) hagas un cambio de estrategia.
En principio el cuerpo humano no es como una computadora, que tantas calorías entran, tantas salen y listo, pues en principio no todas las calorías que comemos ocasionan los mismos cambios metabólicos en nuestro cuerpo. Un modo en que puedes ver el problema es de la siguiente manera: “Si lo que deseo es no formar más grasa partir de los alimentos que ingiero, entonces no debería estimular a la hormona que forma grasa”, esta hormona como seguramente sabes es la Insulina.
Además, es importante recordar que desde prácticamente todas las personas con Sobrepeso-obesidad hasta las personas con condición diabética sufren de Resistencia a la Insulina. Por todo esto pienso que deberías darte la oportunidad de trabajar con las llamadas Dietas cetogénicas o Dietas bajas en hidratos de carbono, las que pueden ser una oportunidad interesante y funcional para muchos pacientes que han fracasado con los esquemas tradicionales.
¿EN QUÉ SE BASA ESTA IDEA?
Como te comenté líneas arriba, esta idea se basa en el concepto de como modifican nuestro medio interno determinados tipos de alimentos, más allá del conteo de calorías. Aceptar que la activación de determinadas hormonas dificultará e incluso haría imposible que se baje de peso-pierda grasa, por más dedicación y fuerza de voluntad que se ponga.
Además, insisto, tener en cuenta que no todos reaccionamos de la misma manera ante determinados macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y/o proteínas), por lo tanto el seguimiento al paciente y la moficación del plan de alimentación de acuerdo a resultados es necesario. Para ese seguimiento no basta con peso y perímetros, además deberías contar con un método efectivo de medición de porcentaje de grasa y de ser posible masa muscular, además de análisis clínicos, de acuerdo a cada caso.
¿CÓMO FUNCIONA ESTO EN EL CASO DE LA FRUTA EN LA NOCHE?
El caso de la fruta, ésta contiene fructosa, glucosa, sacarosa (más fructosa y gucosa) y almidón. Lo interesante es que la fructosa, a diferencia de la glucosa que puede ser metabolizada por prácticamente cada célula de nuestro organismo, solo puede ser manejada por el hígado. Por lo tanto, luego de comer fruta, la fructosa proveniente de ella, será transporta directamente al hígado.
ENTONCES QUE SUCEDE EN UNA PERSONA CON SOBREPESO-OBESIDAD
Normalmente estás personas no estarán en ayunas desde varias horas antes de cenar y de estarlo o no, al momento de cenar fruta comerán una importante cantidad y variedad de frutas, de manera especial las más dulces (no quiero ni pensar que pasaría si además le agregaran yogurt, cereal y/o miel…). Entonces, el hígado al recibir esta importante dosis de fructosa, intentará almacenarla como glucógeno hepático, pero su capacidad de almacenarla es muy pequeña, por lo que los depósitos estarán llenos o rápidamente se llenarán.
LA FRUTA NOCTURNA Y NUESTRO PACIENTE CON SOBREPESO-OBESIDAD
Entonces, lo qué ocurre cuando el depósito de Glucógeno está completamente lleno en el hígado y además tenemos suficiente glucosa en sangre, es que este exceso de hidratos de carbono se convierte en una forma de grasa saturada de cadena larga llamada Ácido Palmítico (AP), el cual se une a una molécula de glicerol, formando más Triglicéridos y éste se empaqueta con proteínas y colesterol; el resultado es una molécula rica en AP llamada VLDL (lipoproteína de muy baja densidad). El problema empieza a complicarse aún más, pues el AP reduce la sensibilidad a la Leptina. De esta manera el cerebro va perdiendo la sensibilidad a esta importante hormona que es una señal de saciedad, que se activa cuando la comida aún está en el estómago. En conclusión, esta persona tendrá hambre aún después de haber comido suficiente.
¿CUÁN MALO PUEDE SER ESTO?
Al comer más hidratos de carbono necesitaremos liberar más Insulina a sangre para metabolizarlo y con el tiempo, poco a poco se presentará la Resistencia muscular a la insulina (RI), lo que origina que los músculos tengan hambre a pesar de haber más que suficiente glucosa en sangre, esto va de la mano con la RI hepática, que ocasiona que el hígado siga produciendo hidratos de carbono y los mande a sangre, que al tener ya suficiente glucosa, ocasionará nuevas Hiperglicemias, seguidas de Hiperisulinemias. El siguiente paso es que el hígado empieza a formar Triglicéridos (TG) a partir de 3 AP y un glicerol y acumula grasa, llevándonos en cierto tiempo a una Esteatosis hepática no alcohólica (Hígado graso) por el consumo de la “sana” fructuosa.
Si estás haciendo “dieta” para bajar de peso, comiendo fruta de noche, y no bajas de peso, no me sorprendería que esta sea una de las causas.
Te animo a comentar, siempre de manera alturada y enfrentando ideas con ideas.